EUROPA
PRESS
6 enero
2022
Un
nuevo tratamiento permite reducir los atracones y comer en exceso
Los investigadores han desarrollado un
nuevo tratamiento interdisciplinario que ha conseguido que personas con
obesidad reduzcan sus episodios de comida en exceso y los atracones, según publican
en la revista 'Frontiers in Endocrinology'.
Los consejos y tratamientos actuales que se dan a los
pacientes con obesidad consisten sobre todo en comer menos y más sano y hacer
más ejercicio, y en algunos de los casos más graves, los pacientes se someten a
cirugía de la obesidad como última solución.
"Vemos una gran necesidad de un tratamiento
interdisciplinar que tenga en cuenta los aspectos psicológicos de la obesidad
mórbida mucho más de lo que ocurre ahora", explica Trine Tetlie Eik-Nes,
profesora asociada del Departamento de Neuromedicina
y Ciencias del Movimiento de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología
(NTNU) y directora del proyecto--. El tratamiento que hemos estado utilizando
se basa en enseñar a los pacientes a ser conscientes de las razones por las que
comen en exceso, seguido de ejercicios y discusiones en grupo".
La sobrealimentación se define como episodios repetidos en
los que una persona come mucho más de lo normal. Los 42 adultos que participaron
en el estudio eran personas que habían acudido al Consultorio de Obesidad del
Hospital St. Olavs para pedir ayuda.
Todos los participantes tenían obesidad de tercer grado, es
decir, un índice de masa corporal (IMC) de 40 o más, u obesidad de segundo grado
con problemas adicionales. La mayoría del grupo eran mujeres. Seis personas se
habían sometido a cirugía de la obesidad.
Eik-Nes
cree que la comprensión y el tratamiento de la obesidad y la sobrealimentación
han sido demasiado estrechos de miras. "La explicación es más complicada
que simplemente tener un gran apetito, la susceptibilidad genética y la pereza.
Las investigaciones internacionales indican que entre el 30% y el 50% de las
personas con un alto grado de sobrealimentación que buscan tratamiento para la
obesidad tienen problemas psicológicos relacionados con la pérdida de control,
como comer en exceso durante todo un día", afirma.
Según la investigadora, comer en exceso suele estar
relacionado con factores de estrés internos y externos. Las causas pueden ser
muchas y complejas: por ejemplo, traumas infantiles, pensamientos negativos
sobre uno mismo, desprecio del cuerpo, relaciones problemáticas con los padres
y dificultades sociales.
Recuerda que muchas personas se sienten estigmatizadas por
su gran tamaño, en su familia, en la escuela, en el trabajo y en otros ámbitos
de la sociedad y la comida actúa para adormecer y ayudar a sobrellevar la vida
cotidiana.
"Si tienes seguridad, un buen apoyo, una economía
decente y una vida cotidiana manejable, no necesitas regular tanto tus
emociones con la comida, el alcohol u otros estímulos", afirma Eik-Nes.
Cree que los servicios sanitarios ofrecen a los pacientes
con obesidad mórbida cambios en su estilo de vida, cuando lo que realmente
necesitan es una evaluación y un tratamiento integrales que combinen la
atención a la salud mental y la somática, es decir, la comprensión de lo que
ocurre internamente, en su cuerpo.
"Este enfoque dará a las personas con trastornos
alimentarios la oportunidad de salir adelante. El tratamiento psicológico no se
utiliza lo suficiente para la obesidad mórbida, y los métodos son demasiado
limitados para un grupo tan heterogéneo", asegura Eik-Nes.
El método de tratamiento utilizado en el estudio fue
desarrollado por Eik-Nes y Kjersti Hognes Berg. Un equipo interdisciplinar llevó a cabo las
evaluaciones y el tratamiento, que hizo hincapié en la seguridad emocional y la
apertura.
Los participantes se reunieron durante 30 horas a lo largo
de diez semanas. Después de cada sesión didáctica, los pacientes se dividían en
pequeños grupos para entrenarse en la "disección" de su propia vida
cotidiana. Los 42 permanecieron en el estudio hasta el final.
"Queríamos enseñar y concienciar a los pacientes de la
conexión entre el peso y la salud mental. Durante las diez semanas, el objetivo
era que fueran más conscientes de los retos a los que se enfrentaban en la vida
cotidiana y de las estrategias que podían ayudarles. Cada persona pudo recibir
objetivos y medidas personalizadas de esta manera", explica Eik-Nes.
Durante el tratamiento, los pacientes fueron más conscientes
de lo que les hace reaccionar y desencadena sus excesos alimentarios. Por
ejemplo, comer en exceso o picar constantemente puede calmar la experiencia de
estar fuera de la zona de confort.
Muchos participantes sentían que su imagen corporal negativa
y su vergüenza suponían un obstáculo para la actividad física y la vida social.
Eik-Nes cree que esto
podría explicar por qué es tan difícil para este grupo poner en práctica las
medidas de estilo de vida.
Los investigadores registraron una clara mejora al final de
las diez semanas. "Los pacientes experimentaron una reducción de casi el
30% en el número de episodios de comer en exceso y una mejora significativa en
sus problemas emocionales, como la agitación interior, la ansiedad, la
depresión y la irritabilidad. Además, los pacientes declararon que se sentían
mucho menos limitados en sus actividades sociales", resalta Eik-Nes.
El estudio no midió la pérdida de peso, pero la impresión
fue que un buen número de los participantes había experimentado cierta pérdida
de peso. Según la investigadora, un punto importante del estudio era investigar
cómo puede funcionar un tratamiento que abarque tanto la salud física como la
mental.
"Nuestro enfoque interdisciplinario funcionó bien. El
mero hecho de que todos completaran el estudio es un resultado muy bueno,
subraya. Todavía no podemos decir nada sobre el efecto a largo plazo del
tratamiento. Esperamos que este estudio pueda sentar las bases de un proyecto
más amplio sobre la obesidad mórbida y los trastornos psicológicos. Entonces
nos gustaría investigar los cambios a lo largo del tiempo".